Este es el primero de una serie de 3 posts donde os contaré mis inicios en el Jigging por si alguna de mis experiencias os puede resultar de utilidad.
Todo empezó hace 3 años escuchando "rumores", que si Fulanito pesca unos abadejos tremendos al chivo, que si para pescar San Martiños hay que ir al petón con un chivo especial que se hace a mano para que brille y gire. Seguro que esto os suena familiar, pasa en todos los puertos, todo el mundo "ha oido", todo el mundo "cree" o todo el mundo "dice saber", pero al final se cuentan con los dedos de una mano los que de verdad saben o están dispuestos a compartir contigo sus experiencias, abierta y sinceramente. Bueno, como toda la información de la que disponía era esa, empecé a buscarme la vida con lo que tenía, así que al principio utilizaba los chivos normales de lanzar a la espuma con pelo de cabra para hacer Jigging, algo pescaba pero tenían muchos inconvenientes: poco peso (75-150gr), mala hidrodinámica y enganchaban mucho.
Preguntando y preguntando encontré a uno de esos pescadores con los que sí puedes hablar, y me dejó este chivo de la foto (gracias Rafa), hecho a mano pero ya pensado para este tipo de pesca, mejor hidrodinámica y más peso, pero difícil de conseguir, sólo tenía uno así que el día que lo perdí me quedé sin nada con lo que hacer Jigging.
Fue entonces cuando vi un vídeo en Seasons donde salía Nicola Zingarelli pescando con Jigs (mucho peores que las maravillas que ahora tiene en su web) así que me decidí a investigar, encontré su web www.caranx.net, hablamos y le pedí consejo, días más tarde recibí en casa una caja de preciosos peces de colores, con formas muy bien pensadas, brillos, unos assist maravillosos, pero que a mí de entrada me parecieron enormes y pensé, no me puedo creer que haya en mis mares un pez capaz de tragarse este pedazo de plomo con un anzuelo tan grande.
Ese mismo fin de semana salí a pescar y desde luego tenía mucha más fe en mi profundizador que en los enormes misiles de plomo, así que solamente después de varias pasada por encima de mis piedras preferidas, ninguna picada y ver que la sonda sí tenía actividad, decidí poner uno de los Jigs. Lo recuerdo bien, era un Knife verdoso de 180 gr con el anzuelo gigante del Assist amarrado a la cabeza. La verdad es que miraba la caña con aquello colgado y solamente me entraban ganas de reir, bueno, por lo menos aquí a 7 millas de tierra no me ve nadie ;-)
Ahí va el Jig para abajo, zizzageando a un lado y al otro, cuando llega al fondo y empiezo a recoger picada, tira mucho, incluso corre el freno del carrete, pero se suelta. Vuelvo abajo y otra vez, pero esta vez sube hasta arriba, un abadejo de 1,5 Kg, muy bien. En lo que quedaba de mañana ese día pesqué otros 4 abadejos todos estupendos, con el mayor cercano a los 5 kg y unas carreras en el carrete impresionantes. Ahora tenía fe ciega en esos enormes misiles. He tenido suerte con esto del jigging, tras este estreno exitoso vinieron jornadas malas, pero ese primer día me dio fuerzas para mantener la constancia y seguir aprendiendo.
Os pongo algunas fotos con los Jigs que yo utilizo, mis favoritos son el SeaRock, el Hooker y el Knife, siempre amarrando el Assist por arriba para evitar enrocar. No me gusta poner metralletas, esa es la mejor manera de no parar de sacar verdeles y abadejos pequeños o de romper cuando te pica una pieza buena. En su lugar normalmente utilizo una escabela o un vinilo, de esta manera puedes pescar selectivo sin renunciar al pescado de entre medio kg y 1 kg que es en realidad el más abundante en estas aguas evitando jornadas de capote. Creo que esta combinación, quizá sin sentido alguno en otras aguas con más abundancia de peces grandes, es interesante para el Cantábrico. En las fotos están también mis escabelas y vinilos preferidos.