domingo, 14 de septiembre de 2008

De colores y tiburones


Pues este fin de semana salí al mar. Otra soberana paliza de Jigging, hasta me duelen los brazos al aporrear el teclado. El parte no era muy bueno para estar muy lejos de la costa, pero había ganas y la verdad es que al final el viento estuvo bastante contenido, marejada pero casi toda de la trapallada que dejaba el mar de fondo. Como de costumbre en las salidas largas casi 12 horas de jornada. La cosa no empezó nada bien, y no es que terminara mucho mejor pero al menos emoción no ha faltado, que ya es algo. En las primeras piedras en 30-50 metros buenas sondas pero nada de pescado interesante. Buscando más agua la cosa no mejoraba. Casi hasta el mediodía no apareció la primera piedra con algo de actividad y en poco tiempo 4 piezas de abadejo de talla mediana y algunos chicharros subieron a bordo. Un buen apunte de estas capturas, el lumo y los colores más adecuados para fondo rompieron la teoría (si es que en esto de la pesca podemos hablar de teoría) y el Jig sin lumo ni colores de fondo se llevaba la mayor parte de las picadas, las capturas y el tamaño en las piezas. Viendo que la piedra aparentemente no tenía trofeos buscamos una nueva prueba. No sé si iban ya 19 ó 25 piedras y aunque cansado ya por el esfuerzo mantengo la fe en que aún hay tiempo y terreno para hacer algo interesante. Hay que currarse mucho el pescado, cada vez son menos los días que triunfas en la primera piedra. Llegados al nuevo sitio la cosa no pinta mal. Al igual que casi todas las piedras anteriores encuentro buena sonda, la piedra además tiene agua, por encima de los 80 metros casi toda. La primera deriva sale un abadejo mediano pero mejor que los anteriores. En la segunda el compañero que hoy viene a bordo consigue batir su marca en abadejos y por fin se pone por encima de los 5 Kg. Un bonito ejemplar que me hace la misma ilusión que haberlo pescado. En la tercera empieza el caos. Tengo una aferrada fuerte y corre carrete con soltura, me pilla con el 8000 y un bajo en 30 libras pero debería aguantar, pega otra arrancada con fuerza y la línea queda en banda, mierda, otra vez que pierdo con una aferrada (y es que ya llevo varias). Al levantar la línea el monofilamento viene claramente cortado. Yo creo que son caellas, una especie de tiburón que tenemos por la zona. Al cañero la caña con el 8000 y a la mano el 20000 con bajo en 50 libras, le meto al Jig un triple en la anilla de cola a ver si hay suerte y consigo que no toque hilo. Siguiente deriva y picada. Corre con soltura el Stella con el freno ajustado para romper en unas 15 libras, suelta, mierda otra vez. Esta vez no se ha llevado el Jig o sea que no ha cortado. Al llegar arriba uno de los anzuelos del triple viene abierto. Tienen que ser caellas, no creo a un abadejo capaz de hacer estas cosas. No es que tenga ganas de subir un tiburón, para casa no lo llevo y liberarlo con vida podría ser peligroso pero estos pececitos me van a matar a sustos. Bonita jornada y bonita experiencia con los ataques de estos bichos que se comen mis jigs como si fueran gominolas, y una nueva cura de humildad sobre Jigs y colores. Me encanta esta pesca, la emoción por el animal y tener que reinventarse cada día, ya estoy deseando volver.

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