miércoles, 15 de noviembre de 2006

Un buen matrero (bonito).


Solamente había salido una vez a pescar bonitos, fue el año pasado en 2005 pero no tuvimos ni picada y volvimos de vacío. Mi embarcación no vale para este tipo de pesca de altura en este Cantábrico que si se enfada te puede dar un susto.

Este verano un compañero de pesca (Ramón), que estrenaba este verano una preciosa Rodman 1250, me invitó a una de sus salidas. Fue un día de pesca extraordinario, con buena compañía y excelente pesca, ya que superamos las 30 piezas de bonito y albacora, entre las que se encontraba un estupendo matrero de más de 20 Kg.

Esta pesca de altura tras el bonito en el Cantábrico me ha parecido de otra división, al menos comparada con la pesca costera que yo realizo, típicamente a menos de 12 millas de la costa. Largos desplazamientos, muchas horas de mar, muchas líneas en el agua, sedales más gruesos, más barco, más motores, más, más, ...



Ver a los bonitos saltando fuera del agua cuando comen los bancos de paparda es una maravilla y cuando pican de manera simultánea hay tareas para todos con lo que el trabajo de equipo es muy importante.

En esta entrada no puedo contaros nada de técnicas ya que soy un completo novato y mi experiencia se limita a esta única salida, simplemente comentaros que toda la jornada transcurrió al curricán con una marcha de 6 a 7 nudos, no empleamos cañas sino que las líneas se trabajan a mano y como cebo se utilizan los típicos pulpitos artesanos de vinilo con rafia.

Solamente un consejo, antes de aventuraros 30 ó 40 millas mar adentro aseguráos de que tenéis respuesta para todas las adversidades que se pueden presentar: radar para la niebla, balsa salvavidas de capacidad suficiente y en buen estado, combutible suficiente, radiobaliza, etc

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